El exchange FTX de Sam Bankman-Fried, sigue perjudicando a todas las plataformas de criptomonedas. Tras lo ocurrido con su colapso, varias organizaciones ambientalistas ponen en duda los principios de Bitcoin y su importancia.
La caída de FTX, arrojó consecuencias que trascendieron a afectar todo el mundo crypto, sobre todo la plataforma de Bitcoin. Por lo tanto, grupos ambientalistas de los estados unidos, utilizan la bancarrota de FTX como señal para discutir, el valor de Bitcoin en el medio ambiente y pedir que regulen la minería porque, “afecta el impacto ambiental en el mundo.”
The Daily Beast, argumenta que varios activistas establecen sus argumentos, basados en lo que ocurrió con FTX de Sam Bankman-Fried. Para que de esta manera, se ponga en duda la doctrina de Bitcoin y cuestionarnos si realmente vale la pena todo el consumo energético, que causa la minería de las criptomonedas.
La principal razón, por la cual, los ambientalistas apelan por estos argumentos. Es que bitcoin, es una moneda descentralizada, que no dejan de poner resistencia, aun así, sus actos no sean los mejores.
Gerald Epstein, (profesor y codirector del Instituto de Investigación de Economía Política de la Universidad de Massachussetts Amherst), dijo que lo ocurrido con FTX nos da, «una buena oportunidad» para regular la minería de Bitcoin.
De igual forma, el vicepresidente de asuntos gubernamentales, en Environmental Working Group, Scott Faber, comparó el colapso de FTX con la situación del banco, Lehman Brothers, quienes en 2008 se anunciaron en bancarrota. Argumentando que «Hasta el colapso de FTX, era poco probable que el Congreso interviniera y regulará las criptomonedas».
La minería de Bitcoin, ¿siempre fue un problema para el medio ambiente?
Debido a diferentes puntos de vista, y argumentos que explican, por qué debemos de ver al medio ambiente como una clara prioridad. El estado de Nueva York, a finales de noviembre, prohibió cualquier tipo de minería que no opere con energía 100% renovable. Decisiones de esta magnitud, fueron de gran alivio para los ambientalistas y un paso más para mejorar el mundo. Porque, lo que se espera de decisiones como estas, es que vayan en aumento hasta que toda persona que opere con minas, lo hagan de manera renovable.
Diversas investigaciones, por parte de los ambientalistas, demuestran que la minería de bitcoin, genera al rededor de 27,4 millones de toneladas de dióxido de carbono, un porcentaje que ha sido evaluado desde 2021 y 2022. Estas toneladas son tres veces más de lo que arroja la planta de carbón más grande de Estados Unidos.
Bitcoin quiso defenderse de las acusaciones, argumentando que el 60% de sus minerías, utilizan energía renovable y que su implementación sigue en crecimiento. Pero este anuncio no calma las opiniones de los grupos ambientalistas, los cuales no quieren palabras, sino, acciones.
