Los reguladores Europeos, se encuentran muy inconformes en cómo los Estados Unidos a estado resolviendo los conflictos que han ocurrido, con respecto a los SVB. Actualmente, se ha informado que los reguladores de Europa, están atacando constantemente a los reguladores estadounidenses por cómo se han estado manejando la bancarrota, y colapso de Silicon Valley Bank.
A pesar de que los Estados Unidos, ha hecho de todo para obtener el mayor rescate posible de este colapso. Es ese mismo manejo del rescate, el cual tanto critica europa y por el cual se encuentran tan furiosos. Financial Time, menciona que los reguladores Europeos culpan a los Estados Unidos de «romper un libro de reglas para los bancos fallidos que ayudaron a escribir». Debido a la quiebra de Silicon Valley Bank, el sector financiero de los Estados Unidos ha estado trabajando arduamente para poder encontrar una solución a este desastre, La mayor queja de muchos usuarios, es la forma en la cual se están protegiendo los depósitos en el banco, actualmente caído.
¿Por que estan tan molestos los reguladores Europeos?
Lo que se está protegiendo actualmente es la reserva federal de todos los depósitos que ha llevando acabó, Silicon Valley Bank. Pero la mayor inconformidad tanto, de los reguladores europeos como en parte algunos habitantes estadounidenses. Esque, esta situación pudo haberse evitado, de no ser por la clara incompetencia en el manejo de los SVB por parte de los Estados Unidos.
Financial Time , argumenta que los reguladores Europeos están «furiosos por la decisión de cubrir a todos los depositantes en SVB, por temor a que socave un régimen acordado a nivel mundial». Actualmente el sector financiero europeo se encuentra sorprendido por las acciones de los EE.UU, señalando «la incompetencia total por parte de los EE.UU ante esta situación». Especificando que “después de una década y media de ‘reuniones largas y aburridas’ con estadounidenses que abogan por el fin de los rescates”.
Estados Unidos por su parte, al desarrollar el rescate ha depositado $250 millones de dólares, una cantidad mucho más grande de lo acordado entre sus propias reglas.